El crecimiento individual es el sustento de todo organismo social en armonía. La familia se convierte en una fábrica de individuos plenamente realizados que serán propulsados hacia el exterior, permeando su propia Realización Personal en cada uno de sus vínculos de relación. Siendo esta además, el elemento crucial hacia la constitución de las diferentes organizaciones sociales a las que pertenezcan, viéndose también reflejada en una actitud consciente y responsable en su actuar día a día, que contribuya de la mejor manera a la máxima transformación creativa a favor del mundo entero.